El presidente de Eusko Alkartasuna se declara dispuesto a “colaborar” con la izquierda abertzale, “pero sobre la base del respeto total a los derechos humanos”.
El presidente de EA y candidato a lehendakari, Unai Ziarreta, se ha convertido la última semana en el centro de atención de la política vasca, tras la decisión de su partido de no concurrir en coalición con el PNV a las elecciones vascas del próximo año . Ziarreta aspira a lograr de seis a ocho escaños, con un gran respaldo social para saltar la “pared levantada por el Gobierno español” contra el derecho a decidir del pueblo vasco. “No
vemos al PNV en disposición de saltarla”, asegura.
Amortizada la coalición, ¿queda también amortizada la consulta?
El modo en que se ha gestionado la consulta es uno de los motivos que nos ha llevado a no reeditar la coalición. En todo caso, hay un elemento que quiero remarcar: la decisión tomada por la Ejecutiva Nacional de EA es una consecuencia lógica de las decisiones de los congresos previos. Por eso, me sorprende que haya generado tanto revuelo.
Pero, ¿está amortizada la consulta?
Eso habría que preguntárselo al PNV. Fue Iñigo Urkullu quien dijo que iba a acatar la legalidad, es decir, la resolución del Tribunal Constitucional sin decir nada más. Para EA, la solución o la normalización política vendrá cuando la sociedad vasca pueda decidir con normalidad en paz y en libertad. La decisión de nuestro futuro está en Euskadi; no está, como dice el Tribunal Constitucional o Zapatero, en España o en Madrid.
¿Luego EA sí denunciará a España ante el Tribunal de Estrasburgo, aunque el PNV no le siga?
Sí, asumimos un compromiso ante la sociedad. No sé qué hará el PNV, pero también asumió ese compromiso.
A la vista de sus palabras, la protesta del pasado 25 de octubre parece un
acto muy devaluado.
En nuestros cálculos, no se preveía una jornada festiva en la cual desde el alto de Urkiola nos sacaban fotos y ahí se acababa el tema. Nosotros no contemplábamos ese escenario cuando en 2005 acordamos con el PNV el desarrollo de una consulta.
¿Ha hablado ya con Ibarretxe?
Cuando tomamos la decisión, llamé al presidente del PNV, y con el lehendakari algo he hablado, pero supongo que tendremos una reunión.
¿Está defraudado por la ruptura?
No sé, eso habría que preguntárselo a él. Creo que el lehendakari es consciente de que EA toma esta decisión no para perjudicar al PNV, sino porque creemos que es lo mejor para superar el bloqueo político al que nos está llevando el Gobierno de Madrid en los últimos años. Estamos ante una pared y no hemos visto al PNV en disposición de saltarla.
¿Y cómo planea saltarla EA?
La primera clave es la adhesión mayoritaria de la ciudadanía. Y la segunda clave es que no puede darse un acatamiento permanente de las imposiciones unilaterales que nos vienen desde Madrid.
Ha dicho que el que gestiona el PNV no es Ibarretxe, sino Urkullu.
¿El lehendakari no influye?
No lo sé. Lo que sé es que quien marca la línea estratégica en el PNV, como no puede ser de otra manera, es su presidente, Iñigo Urkullu.
¿Cree que Urkullu ha recuperado con el Concierto Político el espíritu de Josu Jon Imaz?
Es la percepción que tenemos. El Concierto Político es una involución, es volver a esquemas anunciados en su día por el anterior presidente del PNV, Josu Jon Imaz, con conciertos políticos de difícil comprensión. El Concierto Económico lo entiende todo el mundo, pero un Concierto Político, aunque puede sonar muy bien, parece más un brindis al sol. Tiene planteamientos de bilateralidad con el Estado español que pueden sonar bien, pero en la práctica el Gobierno de Madrid nos está demostrando que no tienen recorrido.
Los presidentes del PNV en Guipúzcoa y Álava, Joseba Egibar e Iñaki Gerenabarrena, ambos referentes del ala soberanista, le han replicado que el partido nacionalista no ha abandonado el camino de la soberanía.
Yo me remito a los hechos. Las declaraciones están muy bien. Todos podemos hacer declaraciones grandilocuentes, pero hay que remitirse a los hechos. Yo le digo lo que sabe todo el mundo: que el presidente del PNV no es Ibarretxe, es Urkullu, y éste es quien marca la estrategia política.
¿En qué situación queda ahora el tripartito?
Este Gobierno vasco resuelve los problemas de la ciudadanía y tiene que seguir dando respuestas. El tripartito ha funcionado muy bien. Patxi López afirma que la separación de EA y PNV es una estrategia para sumar votos de la izquierda abertzale y volver a unirse tras las elecciones…
Es muy rocambolesco. Es un análisis muy ligero y poco creíble. Personalmente, no me esperaba ese análisis del líder del PSE. Me esperaba algo más profundo y más serio. Eso no tiene ni pies ni cabeza. Nuestro planteamiento es estratégico y a largo plazo.
Sin coalición, ¿tiene el PSE más opciones de convertirse en la fuerza más votada?
No. La única coalición que funcionó bien fue la del año 2001. Fue defensiva ante el riesgo de Nicolás Redondo y Mayor Oreja. Las coaliciones no siempre suman. En EA nos planteamos el reto de ir solos con el espíritu de recuperar la ilusión de las miles de personas que desde el año 2005 se van quedando en casa. Un 60% de la sociedad vasca es abertzale y un 30% se declara independentista, pero esta gente se está quedando en casa en las últimas elecciones porque no somos capaces de dar con las claves que generan ilusión. La apuesta de EA es dar con esas claves.
Es un reto ambicioso tras la importante pérdida de votos y de su diputado en las generales.
El PNV también se dio un batacazo, y aquello ocurrió además en un contexto muy determinado. El análisis que yo hago es genérico. Engloba las elecciones vascas de 2005, las forales y municipales de 2007 y las generales de este año. Y en el nacionalismo democrático, la gente se queda en casa y no vota. En EA, queremos devolverle la ilusión.
¿La fuerza más votada debería tener preferencia para formar gobierno, o cree que se impondrá el bloque -nacionalista o constitucionalista- que logre sumar 38 escaños?
Eso es hacer cábalas. Veremos a ver qué resultados hemos obtenido
todas las formaciones. Pero yo le digo una cosa: esto no es un tema entre el PNV y el PSE. La polarización estará entre quienes apuestan por que todo siga igual, y ahí sitúo al PNV y al PSE, y quienes apostamos por que haya un salto hacia delante.
Pero EA no descarta pactar con el PNV tras las elecciones, ¿no?
Veremos. Nosotros a la hora de formar gobierno vamos a programas. Veo muy complicado que EA pueda pactar con una formación política que niega la existencia misma de este pueblo, y en el fondo el PSE no tiene nada que ver con el PSC.
La izquierda abertzale ha ofrecido a EA unir fuerzas por la soberanía.
¿Usted lo desea?
EA siempre ha mostrado su disposición a crear un gran movimiento soberanista. Siempre hemos estado abiertos a colaborar con la izquierda abertzale, pero sobre una base muy clara: respeto total, absoluto y escrupuloso a los derechos humanos.
¿Y cree que si mañana ETA comete un atentado, la izquierda abertzale lo va a cuestionar?
Confío en que dentro de la izquierda abertzale se está produciendo una evolución. Confío en que está en esa reflexión: que violencia e independencia son incompatibles.
La ruptura con el PNV ha sido contestada por la Ejecutiva de EA en Guipúzcoa.
¿No teme que se entienda como una debilidad?
No, la posición de la Ejecutiva Regional de Guipúzcoa siempre ha sido muy clara en ese sentido. A partir de aquí, hay un compromiso de lealtad absoluta al partido.
El 8 de enero comenzará el juicio contra el lehendakari.
¿Acudirá EA en su apoyo?
Yo estoy citado como testigo. Ya veremos cómo articulamos ese tema.
Enlace: Entrevista de Guillermo Malaina en Público
Fuente: Guillermo Malaina/Público