Unai Ziarreta, presidente de EA Acusa al partido de Urkullu de sufrir una «involución» y sostiene que la «gente está harta de la ambigüedad calculada»

El presidente de EA, Unai Ziarreta, admite haberse quitado «un peso de
encima» a raíz de que el partido tomara el lunes la decisión de concurrir
en solitario a las elecciones autonómicas de marzo por primera vez desde
1998. Se rompía así una larga coalición -materializada en las dos
convocatorias anteriores- con el PNV, al que acusa ahora de no plantear
«una confrontación con el Estado» en defensa de la soberanía de Euskadi y
de adoptar una estrategia política centrada exclusivamente en aferrarse al
poder. El primer candidato a lehendakari de Eusko Alkartasuna tras Carlos
Garaikoetxea conversa con El Correo horas después de explicar ayer
públicamente en Vitoria las razones de la ruptura. Destaca que «la gente
está harta de la ambigüedad calculada» y apuesta sin ambages por el
independentismo.

-¿Por qué ha decidido EA no reeditar la coalición para las elecciones
autonómicas con el PNV?
-No vemos al PNV en clave soberanista.

-¿Qué valoración hace de una década de alianzas con el PNV?

-La coalición ha servido porque hemos llevado al PNV a posiciones
autodeterministas y hemos puesto iniciativas potentes encima de la mesa,
como la propuesta de nuevo estatuto o la ley de consultas. Pero cuando ha
venido el bloqueo por parte del Estado y ha habido que dar pasos reales,
no hemos visto al PNV en esa apuesta.

-¿Esperaban esa actitud?

-El PNV no contempla la confrontación democrática, siempre pacífica, con
el Estado español para superar el actual marco. Tiene una perspectiva
únicamente numérica para ganar las elecciones y seguir gestionando, sin
dar pasos en clave soberanista.

-Sin embargo, el candidato jeltzale, Juan José Ibarretxe, sí apuesta por
esa vía.

-El que gestiona el PNV no es Ibarretxe, sino Iñigo Urkullu.

-¿No les ha convencido la propuesta de concierto político lanzada por
Urkullu?

-Es una propuesta nada novedosa, que ya hizo Josu Jon Imaz en 2006, y el
planteamiento de bilateralidad que hacen es un brindis al sol. Esta
iniciativa supone una involución hacia posiciones que creíamos superadas.
Insisto en que no hemos apreciado ninguna voluntad real dentro del PNV de
hacer una reflexión en términos de soberanismo de cara al futuro.

-¿Cómo es, entonces, que siguen de socios en el Gobierno vasco?

-El esquema político ya ha dado lo que tenía que dar de sí. Acabada ya la
reivindicación de la consulta, tenemos que dar respuestas a los problemas
de la ciudadanía.

-¿Dan por agotada la defensa conjunta de la consulta?

-Apostamos por una defensa conjunta, pero los actos se han descafeinado
mucho.

-¿Se repetirá su fotografía junto al lehendakari en las puertas del
Palacio de Justicia durante el juicio a Ibarretxe el próximo enero?

-No sé cómo será. Yo estoy llamado a declarar como testigo. Veo complicado
que se repita esa situación porque estaremos en un escenario preelectoral.
La viga en el ojo

-Un partido que no dirige a sus bases parece endeble.

-Eso es radicalmente falso. El éxito en la labor de la dirección es ser
permeable al cuerpo social del partido. Hemos testado dentro antes de que
la ejecutiva decidiera. Podíamos haber forzado una posición, pero yo no
quiero eso para mi partido. Dignificamos la política porque la decisión
está basada en principios políticos y de coherencia ideológica. Lo cómodo
no es necesariamente lo mejor.

-¿Cree que la ruptura ha sorprendido al PNV?

-Me extraña que cuando Urkullu lleva todo el año acusándonos de
deslealtades y reprochándonos algo, luego se sorprenda de la decisión
adoptada. También estaban al corriente de que habíamos iniciado una
apuesta en solitario, que se iba a extender a todas las elecciones.

-¿Cómo piensa que se lo han tomado?

-Con bastante normalidad. Me da la sensación de que habrá sectores del PNV
que estarán más alegres que si se hubiera reeditado la alianza.

-Sus líderes afirman que se enteraron de la decisión por la Prensa.
-Cuando acabó la ejecutiva llamé a Iñigo Urkullu. También nos enteramos
nosotros de la oferta de Andoni Ortuzar abogando por una coalición estable
por la Prensa… Eso es ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el
propio.

-¿Puede el PSE ganar opciones electorales por el posible debilitamiento
del PNV y EA al ir por separado?

-No tomamos la decisión porque pueda beneficiar al PNV o al PSE. Es
beneficiosa para nuestro pueblo con el fin de salir de la situación de
bloqueo en que vivimos. La alternativa no es entre PNV y PSE, sino entre
los partidos que quieren seguir gestionando y que todo siga igual, o los
que apostamos por superar el marco.

-Por su discurso, a veces da la sensación de estar escuchando a Arnaldo
Otegi. Y tampoco puede olvidarse que la izquierda abertzale ha alabado la
decisión de EA.

-Arnaldo Otegi y su gente tienen que hacer una reflexión: la violencia es
el principal obstáculo para la colaboración entre las formaciones
políticas. No creo que Otegi esté en nuestra posición, aunque algo de ese
mundo ha venido a nuestras vías. Nosotros defendemos lo mismo, con mayor o
menor claridad en los últimos años, mientras que son otros los que han
pasado de reivindicar posiciones imposibles de referéndums para la
independencia en los siete herrialdes a hablar de estatutos de autonomía
para Euskadi y Navarra.

-¿Contempla una colaboración con la izquierda abertzale?

-EA siempre ha dado pasos en ese sentido y lo hará en el futuro, pero la
izquierda abertzale debe tener claro antes que violencia e independencia
son incompatibles. Sólo hay que darse una vuelta por Europa para darse
cuenta del asco que producen los atentados de ETA. La solución sólo puede
llegar mediante la articulación de una gran movimiento soberanista que
logre, por vías pacíficas y democráticas, la adhesión mayoritaria de la
ciudadanía para avanzar hacia un nuevo marco legal en el que todos los
proyectos políticos, también el independentista como el que defiende EA,
puedan materializarse.

-¿Quién va a liderar la lista de Guipúzcoa al Parlamento vasco?

-La dirección propone y la asamblea nacional ratifica.

-¿A cuántos escaños aspiran?
-Entre seis y ocho.

-Parece un poco exagerado.

-Pues no.

-Natural de Mungia, lo lógico sería que usted liderara la lista de
Vizcaya, ¿no?

-Históricamente el presidente y el secretario general han ido por
Guipúzcoa, pero al final decidirán la ejecutiva y la asamblea.

-¿La valoración de la ejecutiva guipuzcoana de que la ruptura ha sido un
«grave error político» esconde alguna lucha por las listas?

-La posición de los guipuzcoanos siempre ha sido la misma, pero tenemos el
compromiso de que van a jugar con lealtad para obtener los mejores
resultados posibles.

-El voto abertzale ha descendido en las últimas convocatorias.

-Observamos frustración por la persistencia de la violencia de ETA y la
gestión de la coalición del nuevo estatuto y la ley de consulta.

-¿Cómo se genera la ilusión?

-Presentándonos con nitidez y claridad. La gente está harta de la
ambigüedad calculada. Hay que hacer frente a la situación de injusticia a
la que nos somete el Gobierno español, que no quiere negociar con nosotros
y que niega la existencia de Euskadi y de una nación que tiene derecho a
decidir su futuro.

Enlace: Entrevista de Manu Rueda en El Correo
Fuente: Manu Rueda/El Correo