El secretario general de EA recibe a Deia horas antes de la masiva manifestación que recorrió ayer las calles de Bilbao. Un ejemplo, según Pello Urizar, de que el proceso es imparable. En una semana en la que una nueva aparición mediática de ETA ha sido eclipsada con dos operaciones policiales, el dirigente abertzale avisa al Gobierno español: “La sociedad vasca no tiene que pagar los platos rotos de Zapatero”.
La promiscuidad comunicativa que está mostrando ETA se ha encontrado con una rápida respuesta de Interior en forma de detenciones. ¿Sigue siendo optimista?
Te voy a responder con un ejemplo: en 1994, cuando el IRA declaró la tregua, el Gobierno británico respondió de forma automática con más represión. Es una respuesta lógica, ya que para mantener el mensaje que están lanzando, de que todo esto es mentira, actúan así.
¿Espera algún gesto de Madrid?
Ahora mismo, el Gobierno no va a permitir que cualquier cambio que vayamos a forzar desde aquí le genere un flanco a Zapatero. Pero si tiene un flanco con el Partido Popular es su problema. La sociedad vasca no tiene que pagar los platos rotos de Zapatero.
El Gobierno español parece no aceptar la invitación que le hizo para que abra un escenario de diálogo.
Va a tener que mover ficha. Está intentando mantener el mensaje de que no hay nada nuevo, pero la realidad es que, internamente, ya saben que está cambiando. En ciertos sectores lo reconocen, y en el PP también.
¿Si ETA declara un alto el fuego permanente y verificable Zapatero ya no tendría excusas?
No se van a acabar las excusas.
¿Y cree que la organización armada está por cerrar la persiana?
Yo sobre ETA no tengo más información de la que puedas tener tú, pero sé que hay un compromiso por parte de la izquierda abertzale y eso obliga a ETA, le guste o no.
Sus mensajes son un tanto ambiguos. Sin mensajes expresos.
Si ETA está convencida de que hay que dar ese paso, estupendo, porque eso quiere decir que cerramos un ciclo sin dejar un residuo. Y si no está convencida y da los pasos porque la izquierda abertzale marca unos ritmos, es problema suyo. Nosotros tenemos claro cuál es el papel de ETA y que la izquierda abertzale tiene una decisión clara.
¿Se le acaba el tiempo a ETA?
Tiene su recorrido, pero mejor que lo asuma. Si toma la decisión de romper, lo hará con todas las consecuencias, sabiendo que se va a quedar sin base social.
¿El problema puede ser que la banda armada no se quiere ver como la gran derrotada?
Puede ser uno de los problemas. Pero el reconocimiento de un cambio de estrategia requiere tiempo.
Usted que mantiene relación constante con los dirigentes de la izquierda ilegalizada, ¿le han confesado que esperaban un compromiso más claro de ETA?
La izquierda abertzale sabe el mínimo que le ha pedido y es lo que se firmó el pasado sábado en Gernika. Y mientras no se dé ese mínimo, ya sabe que hay que seguir trabajando. Es un cambio muy importante respecto a los anteriores procesos.
¿Esperan otro comunicado?
Sí, todavía no ha llegado a lo que se le reclama. Tiene que dar esa respuesta.
Los mediadores internacionales ya han anunciado la creación de un grupo de cinco personas para intentar contactar con ETA. ¿Puede el Gobierno español “torpedear” las posibles reuniones?
Sería muy torpe si lo hiciera. Podemos asumir que tiene un problema con el PP y eso puede llevarle a que, a día de hoy, no puede hacer determinadas declaraciones públicas, pero sí puede dar el visto bueno y no poner piedras en el camino en la creación de esa comisión. Eso se puede hacer con discreción, como trabajo de cocina, sin necesidad de que salga al exterior. El mensaje oficial en el Partido Socialista no va en esa línea. No tardan en matizar las declaraciones “posibilistas”. Estamos percibiendo que el punto de vista de Eguiguen no es un espejismo dentro del PSE. Pero Ares lo tiene claro. Sus declaraciones nos dan la sensación que son más de pantalla, que otra cosa. Igual son las suyas, pero Eguiguren no está sólo.
¿Pueden surgir de forma espontánea más voces dentro del PSE que la dirección no pueda frenar?
Supongo. Lo que sí me consta es que cuando Eguiguren hizo su primera reflexión pública sobre los pasos de la izquierda abertzale, en las bases del Partido Socialista no cayó mal y esa reflexión ahí está.
El pasado lunes se reunió con una delegación de los socialistas vascos. ¿Le reconocieron que la izquierda ilegalizada ha cambiado?
Me recordaron la implicación que tuvieron en el anterior proceso y cómo acabó. Pero las declaraciones posteriores demuestran que están marcando pequeñas diferencias.
Un buen comienzo sería que el PSE se sentara en la misma mesa con la izquierda abertzale tradicional.
Sin lugar a dudas. Lo que tenemos claro es que en la apuesta por llegar a un escenario de paz y normalización, esa imagen se tiene que dar.
¿Va a ser López el “lehendakari de la paz”, como le ha reclamado Eguiguren?
No lo sé. Pero puede pasar que la paz llegue cuando él esté de lehendakari y no haya aportado nada.
¿Le gustaría reunirse con los dirigentes del Partido Popular?
Más que gustar, es si conviene. Y conviene.
¿Cuándo puede ser el encuentro?
Hemos hablado y no está cerrado, pero nuestra intención es reunirnos con ellos.
La formación de Basagoiti les acusa de ser el “tonto útil” de Batasuna. ¿Le duelen estas críticas?
Les genera nerviosismo saber que la situación de un Parlamento alterado puede cambiar. Y no hay que olvidar que el Gobierno de Aznar se reunió con la “organización independentista”.
¿Hay riesgo de que el proceso se pudra si se prolonga en el tiempo?
Ese riesgo siempre lo tienes, porque el futuro no sabes lo que te depara. En el último proceso estuvieron a punto de cerrar y firmar, y al final no se hizo. Cuando estaban las botellas de champán enfriando en el frigorífico dieron media vuelta. Pero el compromiso de EA de llegar hasta el final es seguro.
¿Cree que la izquierda ilegalizada tiene que demostrar algo más?
Esto es un camino y todos, no sólo la izquierda abertzale, tienen que hacer cosas. Y cuando nos dicen que somos los tontos útiles, lo que decimos es que, mientras seamos útiles, igual no importa ser tontos. Hay que mojarse. Algunos están dispuestos, otros tienen reticencias y otros no quieren. Y algunos que no querían se están viendo obligados a moverse.
¿Entre los primeros se encuentra Aralar? Compartieron foto con la declaración de Gernika.
Lo que se vio en Gernika no es el final de un recorrido, y tenemos la seguridad de que se van a sumar más agentes. Ese documento puede ser compartido por todos.
¿Qué le parece la propuesta del PNV?
La valoro de forma positiva, pero hay nerviosismo en el PNV. Creo que tienen miedo a quedarse fuera de la escena política. Siempre hemos apostado por sumar y hacer cosas, y algunos tienen la apuesta de liderar y dirigir las cosas.
Pero el partido de Urkullu es la primera fuerza en Euskadi, ¿lo lógico es que tuviera un papel destacado en el nuevo escenario?
El PNV podía haber realizado aportaciones para incluir en la declaración de Gernika y no ha querido entrar. Estaban las puertas abiertas para incluir cambios.
¿Que Urkullu mantenga un diálogo “constante” con Zapatero en esta materia podría ayudar a preparar el terreno con Madrid?
No lo sé.
Un primer gesto podría ser la derogación de la Ley de Partidos.
Está entre las peticiones del documento de Gernika. Para reforzar el proceso y demostrar que sólo las vías políticas son las adecuadas hay que permitir que todas las fuerzas políticas estén legalizadas y en igualdad de condiciones.
¿Llegará a tiempo la izquierda abertzale oficial a las elecciones?
Yo quiero que llegue, y hay que exigirlo así. Pero no tengo una bola de cristal y no puedo decir si los intereses políticos lo van a permitir.
¿Ve factible una alianza electoral entre los firmantes de la declaración de Gernika?
Es entrar en política ficción. Entre los firmantes del acuerdo de Gernika lo que hay es ese documento.
Lo que parece evidente es que la configuración del próximo Parlamento no se va a parecer al actual.
No se tiene que parecer. Sería repetir el error y asentar esta falsa realidad.
¿En EA han reforzado su equipo de abogados? Lo digo por las amenazas de que la Justicia va a estar mirándoles con lupa.
Estamos tranquilos y un poco hartos. Es algo que se hace más de cara a los medios para dar una sensación de firmeza, pero saben que todo esto no tiene marcha atrás.
¿Y en Nafarroa? Las aguas en NaBai no parecen volver a su cauce natural
Lo peor que se puede hacer es lanzarlo todo a los medios de comunicación. Tenemos claro que NaBai tiene que tener la posibilidad de aglutinar no sólo a Eusko Alkartasuna, Aralar y PNV. También a Batzarre y a los independientes si es posible, y si hay posibilidad también tiene que estar la izquierda abertzale.
Pero la inclusión de estos últimos generaría discrepancias en algunos de los socios.
Eso me parece un chantaje. Si se basan en que puede haber diferencias ideológicas, habrá que ver en que se parecen Batzarre y el PNV. Y con la declaración de Gernika, los argumentos de la violencia ya están descartados.
Fuente: Deia