Según lo aprobado en el Parlamento el 27 de setiembre, ahora deberíamos estar a las puertas de la campaña oficial de la consulta y, sin embargo, estamos en precampaña electoral. Unai Ziarreta asegura que a su partido le hubiera gustado más lo primero, «pero las cosas a veces no son como uno quisiera. Las formaciones políticas, por eso somos distintas, hacen sus análisis y el Tribunal Constitucional pone negro sobre blanco la práctica del Gobierno español. Es un momento importante porque se ve el muro al que nos enfrentamos los abertzales, y tenemos que ser capaces de analizar cómo lo superamos».
El límite se conocía. Se sabía que la Ley de Consulta se iba a estrellar contra el Tribunal Constitucional y la respuesta del tripartito ha sido errática. ¿No se había estudiado?
Hay diferentes formaciones políticas y diferentes formas de ver las cosas, y nos tenemos que poner de acuerdo. Pero coincido en que, al menos desde EA, sa-bíamos cuál iba a ser la respuesta del TC, aunque quizá no la esperábamos tan contundente. Pero es de agradecer que alguna gente se quite la careta porque eso contribuirá a que a mucha gente en este pueblo se nos caiga la venda.
El lehendakari anunció denuncias ante el Tribunal de Estrasburgo y luego llegó la rebaja de los partidos…
EA mantiene el compromiso de ir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Ahora estamos recogiendo firmas y va bien. Lo que hagan otras fuerzas políticas… También me gustaría decir que las iniciativas que se adopten de cara al 25 de octubre deberían ser unitarias. No me parece buena una imagen de actos por separado. Es necesaria la unidad y creo que cada fuerza política empieza a actuar más en clave electoral que política.
¿Qué consecuencias hay que extraer de cara al futuro? Porque ya van dos intentos frustrados -Nuevo Estatuto, Ley de Consulta- y la respuesta es acabar en elecciones…
Todas las iniciativas institucionales, planteadas por los trámites legales, están chocando contra el muro del Gobierno del Estado, independientemente de su color. Esto merece un análisis detallado y sosegado sobre cómo podemos ser capaces de superar este muro. Una cosa es clara: hay que mantener una línea ascendente y las ideas claras. Nosotros somos independentistas y aspiramos a mejorar el bienestar de la sociedad. Si una puerta se nos cierra, estoy seguro de que seremos capaces de abrir otras. Llegados a este punto se impone la reflexión de que tenemos que aglutinar fuerzas entre las formaciones abertzales. El mayor aliado del Estado es la división.
¿Cómo conjugar la necesidad de esa unidad abertzale y el próximo escenario electoral?
Nuestro futuro como país va a venir de esa acumulación de fuerzas soberanistas, pero para ello hay una condición previa: el cese definitivo de la violencia. Eso lo veo complicado a corto plazo, porque la izquierda abertzale tiene que hacer un reflexión, y creo que la está haciendo, aunque se mueve en ciclos largos. Habrá que ver qué ocurre con la presencia de la izquierda abertzale como tal en las elecciones, que yo veo complicada pero fue Ramón Jáuregui quien lanzó esa posibilidad y es quizá quien está jugando con eso por razones electorales.
Se ha ensayado la negociación ETA-Estado, el Acuerdo de Lizarra, la vía institucional… y ninguna acaba con éxito. ¿Cómo se puede conjugar todo eso?
Hay que extraer conclusiones de cada una de ellas. Ninguna me parece mala y ninguna por sí sola traerá la solución. Lizarra me pareció importante de cara a ilusionar a la gente. Cualquier proceso político requiere del apoyo mayoritario de la sociedad y eso en Lizarra se dio. El problema fue que estaba demasiado basada en el modelo irlandés, sin tener en cuenta que Londres no es Madrid. Habrá que buscar un modelo propio. Hay que trabajar la internacionalización del conflicto, donde tenemos mucho que ganar y es un terreno inexplorado. Y la tercera clave es el cese de la violencia. También hay que seguir con las iniciativas institucionales, porque por vías pacíficas y democráticas, como ellos nos dicen, pones al Estado en apuros. Los vascos hemos estado sometidos al engaño de que por esas vías se pueden defender todas las ideas, pero los hechos demuestran que eso no es posible. Hay que seguir dándole a la imaginación.
¿Qué está dispuesta a hacer EA? Porque se habla de desobediencia, se habla de confrontación democrática, pero cuando llega la hora de la verdad, sea por lo que sea, todo queda en nada…
Nosotros estamos trasladando al resto de fuerzas que hay que hacer una reflexión estratégica porque a través del marco constitucional establecido tenemos serias dificultades para progresar. Pero también queremos decir que la violencia de ETA es un obstáculo para que las fuerzas abertzales podamos colaborar. La izquierda abertzale tiene que saber que igual que ha contado con EA en el pasado -estuvimos en Lizarra y en el Foro de Debate Nacional- puede contar en el futuro, pero es necesaria esa reflexión previa.
¿Cómo afronta EA las próximas elecciones? ¿Habrá coalición con el PNV?
La cuestión de la coalición primero ha interesado a los medios. Nosotros estamos haciendo una reflexión, como hace- mos siempre, y antes de tomar una decisión u otra hay que analizar qué sucede con la izquierda abertzale, con otras formaciones políticas….
Pero ¿qué espera que suceda con la izquierda abertzale?
Si puede estar presente o no en las elecciones. Esa es una clave.
Eso quizá no se sepa hasta el último momento…
Habrá que ver también cuál es su disposición en torno a las reflexiones que he planteado anteriormente. A partir de ahí, las decisiones que tome EA serán consensuadas y naturales. Todavía quedan seis meses y hasta diciembre no tenemos prisa.
¿No les preocupa como partido que hicieran un congreso para descartar las coaliciones y cada vez que se asoman unas elecciones el debate surja no sólo en los medios sino dentro de EA?
También es cierto que a nivel global, lo hemos visto en las elecciones a Madrid, se produce una polarización mediática muy fuerte y eso hace que haya que buscar colaboraciones y apoyos entre formaciones afines. Eso es natural. Llevamos años de colaboración con el PNV, que creo que ha sido fructífera aunque con nuestros roces, y eso está ahí. No hay que tomárselo con dramatismo.
Y el candidato del PNV está muy bien valorado por EA…
Ha sido nuestro candidato en dos ocasiones y tanto en el plano político como en el de gestión estamos muy contentos.
¿En qué se diferenciaría el mensaje del candidato de EA del de Ibarretxe?
Habrá que ver qué mensaje lleva Ibarretxe. El nuestro está claro. Somos independentistas y socialdemócratas. Creemos en el autogobierno y la soberanía porque traen más bienestar. A Ibarretxe le conozco y sé lo que plantea… habrá que ver qué plantea su partido.
El PNV les exige lealtad…
Pero de una manera enmarañada, hablando de los modelos lingüísticos, y si ahí hay una falta de lealtad no es de EA, sino del PNV. Pero, bueno, son cosas que se dicen… De todas maneras, no se puede apelar a la lealtad para intentar anular la personalidad de una fuerza política.
Enlace: Entrevista de Iñaki Iriondo en Gara
Fuente: Iñaki Iriondo/Gara